Kast, una propuesta programática (I)

n el ejercicio práctico de conducir el país durante un mandato presidencial, los programas de gobierno tienen la relevancia que sus autores le impriman, los ciudadanos exijan y las circunstancias permitan. Pero en la etapa previa, en la que nos encontramos, representan el compromiso de cada candidato con una hoja de ruta que proponen a los electores, de ahí el rol que deben (deberían) jugar en la reflexión política que conduce a las urnas.

El candidato del Partido Republicano, primera mayoría en la reciente elección, presentó anteayer su programa de gobierno final de cara al balotaje, en un documento de 58 páginas que conserva los ejes fundamentales de la versión de primera vuelta, agregando otros que amplían, precisan o corrigen algunos aspectos. Mucho de esto último obedece a planteamientos y críticas surgidas de los sectores que lo apoyan -y que han ido sumando voces a la campaña-, por lo que el nuevo programa es, en términos generales, una propuesta más acabada y realista.

En la dimensión económica que concierne primordialmente a este diario, el programa de José Antonio Kast mantiene el acento en la seguridad como condición básica para el progreso y la paz social, y en el crecimiento económico como motor de ese progreso. Conserva, además, un acertado énfasis en temas clave como la importancia del derecho a propiedad y la libertad de enseñanza, e incorpora un foco más claro en la protección del medio ambiente, los derechos de la mujer y el potencial del TPP-11.

En particular, el documento revisa la propuesta original de bajar impuestos a las empresas hacia un nivel más realista, determinado por la evolución efectiva de la economía y por la necesidad -muy destacada- de preservar la sostenibilidad fiscal en un escenario complejo por los próximos años.

Es de esperar que esta propuesta programática -como la del candidato de Apruebo Dignidad- sea uno de los factores que los electores tengan en cuenta al tomar su decisión de voto. Y es de esperar que, desde marzo próximo en adelante, esos mismos electores hagan valer los compromisos de la propuesta ganadora.